miércoles, 15 de agosto de 2012

No siempre hay que esperar regalos...


Al enfrentarnos a nosotros mismos, con los otros y con el mundo, deberíamos partir de la idea de intercambio. "Si no sé dar tampoco sé recibir, del mismo modo que si no sé recibir no seré capaz de dar".

Hay que hacerse responsables de la interacción constructiva con los demás partiendo de una implicación real. Sin pretender que sean los demás quienes inicien el juego de la relación o que llenen nuestro vacío.